[Con esta recomendación de Marta Maroto, a la que agradecemos su colaboración, inauguramos
una sección en la que esperamos que participen padres, profesores y, por
supuesto, alumnos]
Es
curioso que el final del año 2013 y el comienzo del 2014
tengan en común el estreno de dos películas basadas en
dos de las novelas que he recomendado leer en alguna ocasión.
El 25 de diciembre se estrenó en España El médico,
cuyo guión ha tratado de concentrar en dos horas y media los
numerosos avatares que protagonizó Rob J. Cole a lo largo de
las páginas que Noah Gordon escribió a mediados de los
ochenta. La historia está ambientada en el siglo XI, entre
Inglaterra y Persia, con un largo viaje incluido. El médico
es de esas novelas que no quieres que termine nunca y de la que no
solo extraes lecciones de Historia, Geografía o Anatomía,
sino lecciones morales y alguna invitación a reflexionar sobre
las consecuencias que ciertas leyes, creencias o prohibiciones tienen
no solo durante su aplicación, sino a lo largo de varias
generaciones.
El
10 de enero se ha estrenado La ladrona de libros. En este caso
la película se basa en una novela de Markus Zusak clasificada
como literatura juvenil, calificación con la que discrepo,
como en muchas ocasiones. Es un texto curioso desde el principio, ya
que en su arranque la narradora se presenta a sí misma, quizá
por ser una narradora muy poco habitual. Y lo es también
porque además de protagonizarlo varios personajes, las
palabras y los libros tienen un papel relevante desde el título
de la novela hasta el final de la misma. Es meritorio que, aunque la
historia transcurre en la “noveladísima” segunda guerra
mundial, el autor haya conseguido darnos otro punto de vista de la
barbarie.
Son
numerosos los lectores que se desilusionan cuando ven una película
después de haber leído el libro que la inspiró,
aunque también los hay que agradecen un nuevo punto de vista,
parecido o no, al que ellos imaginaron leyendo el libro. También
son numerosos los cinéfilos que, tras ver una película,
leen el libro homónimo, para profundizar en la historia, para
comparar o porque alguien les recomienda que lo hagan.
Tanto
si has visto estas dos películas como si no, recomiendo que
leas los textos originales. Si algo tienen de especial este tipo de
relatos es que te hacen sentir parte de la historia que en ellos se
cuenta y, si te apetece vivir por unos días en el siglo XI o
en los duros años de la primera mitad del siglo XX, abre las
páginas de estos dos libros y disfruta.
MARTA
MAROTO
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